Abstract
La emergencia sanitaria ocasionada por la entrada de la fiebre aftosa a Colombia generó la creación de instituciones y la especialización profesional. La vinculación de fundaciones extranjeras como Rockefeller, Kellogg y Ford y las Universidades de Illinois, Texas y Nebraska impulsó el desarrollo de la universidad colombiana y la fundación del Laboratorio de Investigaciones Médicas Veterinarias (LIMV) en la Ciudad Universitaria, donde se estableció un importante núcleo de investigadores (maestros y doctores), que marcó un hito en la ciencia veterinaria del ámbito latinoamericano por el conocimiento generado y el inicio de los estudios de Maestría en Patología, Microbiología y Medicina Preventiva. Las reformas políticas y la privatización debilitaron gravemente la investigación en salud animal, que dejó de ser prioritaria para la nueva institucionalidad del sector privado. El LIMV, entonces, desapareció; pero el péndulo de la historia es inexorable. La generación de conocimiento en salud animal y salud pública resurgirá cuando el liderazgo para la formulación de políticas, tenga en cuenta la perspectiva de “Una Salud” y la participación de investigadores idóneos y comprometidos