Abstract
No se puede concebir la literatura sin comunicación directa con otras ramas del saber, como lo expone Hans Robert Jauss en el libro que lleva el sugestivo título de La literatura como provocación. Quisiera seguir su línea de pensamiento para exponer en este artículo que la literatura es una constante provocación al diálogo con otras disciplinas y, por lo tanto, por su misma naturaleza, su labor debe ser considerada como interdisciplinaria. Encarna su vocación dialógica de dos formas: la primera, en su textura discursiva, donde el dialogismo implica entender que los textos se hablan entre sí y se construyen con mutuos préstamos, y, la segunda, mediante el empleo de métodos, estructuras, conceptos y objetos de estudio que aparentemente pertenecen a otras disciplinas. El cuento “Muerte constante más allá del amor” de García Márquez y la novela Palinuro de México de Fernando del Paso, se emplean para ilustrar cómo se concreta la provocación dialógica en la textura narrativa.