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La Biblia para la comunidad creyente es el eje de meditación del
presente
artículo. La reflexión que aquí se hace está guiada por la pregunta:
¿estamos dando el lugar que a la Biblia le corresponde? Los textos bíblicos están vivos en cuanto son leídos por el pueblo, la cultura y la Iglesia. Esto es, en definitiva, el sentido más auténtico de la comprensión del lugar de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia; comunidad viva integrada por los autores sagrados, el Pueblo de Dios y Dios que habla. A ejemplo del Pueblo de Israel, es una comunidad de oralidad, de memoria y de narraciones. En ella, la fe es un dinamismo de interpretación de la Sagrada Escritura y el quehacer pastoral centrado en la Palabra de Dios, de construcción de la Iglesia