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Cumplir cincuenta años para nuestra Facultad no solo es motivo de celebración sino también un momento para pensarnos de maneras distintas acudiendo a los recuerdos, las experiencias, las alegrías y los sinsabores vividos en este transcurrir. Quienes hoy hacemos parte de la Facultad tenemos el inmenso privilegio de continuar una obra con tradición y prestigio, pero también el maravilloso reto de formar a las nuevas generaciones de maestros caracterizados por el carisma lasallista, capaces de incorporarse a un mundo dinámico, convulsionado y en permanente transformación. Por esto hemos querido abrir un espacio en el que podamos compartir lo que sentimos y construir entre todos una mirada que nos permita avizorar el camino para la historia que está por construirse en un país con esperanzas de paz pero también con situaciones sociales complejas.