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El presente texto trata de responder a la pregunta que propone el título, a partir de recordar la relación entre educación y funcionariado, y la separación entre valores y trabajo. A partir de ahí, se hace una relectura no funcionarial de los ejes que constituyeron la escuela lasallista y que permitieron en un tiempo superar la disyuntiva. La respuesta de conjunto se inscribe más en el terreno del diseño de la institución que en el de la tecnología educativa. Toda la reflexión se orienta desde la primera configuración del hecho lasallista, es decir, desde el nacimiento de la escuela popular moderna. Pretende así hacer un estudio de doble dirección: la viabilidad actual de la primera definición y el discernimiento y la prospectiva de nuestra realidad desde aquella definición. Todo ello desde una lectura del horizonte universitario.