Abstract
Suscitados por el Espíritu Santo como dones que enriquecen la Iglesia en su tarea evangelizadora en las sociedades de ayer, de hoy y de mañana, los carismas educativos de las diferentes familias religiosas ejercen el ministerio apostólico de la educación para llevar el Evangelio a todas aquellas instituciones formadoras de las nuevas generaciones. A través de los siglos, la creatividad suscitada por los carismas educativos ha innovado permanentemente, tras la búsqueda de las mejores formas para educar cristianamente a los niños, jóvenes y adultos. Dentro de esas múltiples iniciativas, las escuelas, los colegios y las universidades católicas se han consolidado como instrumentos privilegiados de su actividad evangelizadora.