Abstract
El artículo plantea una serie de reflexiones personales en torno a la experiencia vivida durante la parte final del proceso de autoevaluación institucional (2011-2012) a través del esquema de los mitos y las realidades, organizados en grupos de codas. Con el interés de mostrar una realidad en tensión, más que con el propósito de marcar un dualismo o contradicción.