Resumen
Dentro de las habilidades que debe desarrollar un muy buen lector está la de identificar a qué tipo de texto se enfrenta y, en consecuencia, a qué tipo de lectura. La lectura puede ser lineal, si efectivamente el texto muestra una secuencia de hechos o de acontecimientos que paulatinamente llevan al lector hasta su punto final. La exigencia que el lector se hace en este tipo de lecturas es mínima, basta con seguir de manera secuencial el texto para comprender el significado o el sentido de la información que este tipo de lectura le presenta. Algunos otros textos no permiten que se haga una lectura lineal; para comprender el sentido de este tipo de textos se hace necesario hacer una lectura no lineal o no secuencial. Eso significa que el texto que se lee puede ser el resultado de otros textos; los indicios, las citas, los nombres de lugares o de personajes, pueden estar remitiendo a otros textos que es necesario leer para comprender el significado último del texto en cuestión. Cuando se encuentran este tipo de “pistas” en un texto cuyo formato de almacenamiento es cualquier material impreso (libros, revistas), las llamamos intertextos; pero si el formato de almacenamiento es la Red, le llamamos hipertexto. El hipertexto establece una telaraña de relaciones que permite al lector seguir la secuencia que considere le llevará al significado último del texto. Libremente el lector determinará qué secuencia seguir y en su camino se combinará la imagen, el sonido, el movimiento y la palabra escrita, una mezcla de lenguajes que le complementarán y le harán placentera la lectura.